Buenas tardes a tod@s!
Hoy he salido temprano a dar un paseo y el ejercicio y el aire fresco han activado todos mis sentidos. Mientras caminaba pensaba que la vida también es en cierto modo un largo paseo, caminar disfrutando cada momento, llenando los pulmones de aire puro, con la tranquilidad de quien recorre calles y callejuelas a primera hora de un domingo es como avanzar en la vida con la satisfacción de las cosas bien hechas, sin prisas que nos impidan observar todo cuanto sucede dentro y fuera de nosotros, cuan distinto es caminar de forma precipitada, con la respiración entrecortada, con el desasosiego y el nervio de punta.....esa paseo por la vida nos hace sufrir y deja huellas en nuestra cara y en nuestra alma.
En realidad es tan corto el paseo de la vida que si lo pensamos bien merece la pena disfrutarlo con todas las ansias de las que seamos capaces.
En fin, mientras disfrutaba de esta mañana tranquila me ha venido a la mente uno de mis poetas preferido: Bécquer, aquí os dejo una de sus pensamientos en forma de poema más bellos a mi modo de ver.
Os deseo que disfrutéis de lo que queda de domingo y os animéis a ese paseo reconfortante para el cuerpo y el espíritu.
Al brillar un relámpago nacemos...
Al brillar un relámpago nacemos
y aún dura su fulgor cuando morimos;
tan corto es el vivir.
La gloria y el amor tras que corremos
sombras de un sueño son que perseguimos:
¡Despertar es morir!
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A mi los domingos precisamente son los días que más triste me siento. Al principio porque los lunes había que ir a estudiar y los domingos me venía abajo. Luego porque los lunes hay que trabajar, y mi trabajo no me gustaba, así que los domingos me deprimía. Además, los domingos tienen dos partes: una (la mañana) que suele ser alegre, vas a misa, sales de paseo, de cañas, etc, y otra (la tarde) en la que normalmente se ve como todo el mundo anda de recogida y las calles se quedan tristes, sobre todo las tardes de domingo de invierno. Pero bueno, la verdad es que prefiero un domingo que un lunes. Un saludo a todos los blogeros. momiuniversal@terra.es
ResponderEliminarLa Toscana sería un bonito sitio para pasear una tarde de domingo en otoño, escuchando música de Enya. Y Cáceres por su casco antiguo, al atardecer cuando encienden las luces naranjas que le dan el toque personal que tan poca gente conoce, y que a mi parecer supera a Toledo, Granada o Córdoba en belleza, aunque no quiero decier que éstos sitios no sean bellos. Un saludo a los bloggeros
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